Jorge Pérez Albarrán/proceso
MÉXICO, D.F., 8 de noviembre (apro).- El alcalde de Tlalnepantla, Estado de México, el priista Arturo Ugalde Meneses es el funcionario público mejor pagado del país.
Su sueldo, de 421 mil pesos mensuales netos, rebasa por mucho lo que ganan actualmente el presidente Felipe Calderón y el gobernador del Estado de México, El primero percibe 232 mil y, el segundo, 217 mil pesos mensuales.
Desde que asumió, por segunda ocasión, como alcalde de Tlalnepantla, en diciembre de 2009, Ugalde Meneses, sobre quien pesan denuncias de corrupción y nepotismo, se autorizó un “bono de desempeño” mensual 172 mi 927 pesos; más “otros” bonos por 394 mil 428 pesos, para un total bruto de 522 mil 355 pesos.
De acuerdo con un “Reporte de Remuneraciones de Mandos Medios y Superiores” del ayuntamiento de Tlalnepantla, elaborado por el Órgano Superior de Fiscalización del Estado de México (OSFEM), de esos 522, 355 pesos, el alcalde Ugalde Meneses recibe mensualmente, libres de impuestos, 421 mil 051 pesos.
Los tabuladores salariales de funcionarios del Estado de México establecen que un presidente municipal no debe de ganar más de 130 mil pesos mensuales, además de que prohíben el otorgamiento de bonos especiales.
El pasado 21 de octubre, el exregidor perredista José Luis Cortés Trejo presentó una denuncia ante el OSFEM, contra el ayuntamiento de Tlalnepantla de Báez, “por otorgarse percepciones extraordinarias sin el debido sustento legal”. Sin embargo, hasta el momento no ha recibido respuesta, pese a que en su denuncia incluyó los reportes de mandos medios y superiores de los meses de enero a junio de 2010, en las que se autorizan el seguro de separación individualizado, el tabulador de sueldos. El ayuntamiento no ha sido requerido.
Mientras el alcalde y funcionarios medios y superiores del ayuntamiento cobras estratosféricas sumas gracias a los bonos especiales que se autoasignaron, el descontento social por falta de obras y servicios, así como por la creciente onda delictiva.
El secretario general del PRD en Tlanepantla, Racial Pérez Cruz, asegura que el alcalde Ugalde Meneses actúa amparado en la complacencia del gobernador Enrique peña Nieto.
Asegura que la población que ya no tolera los abusos policíacos, la burocracia administrativa, los directores prepotentes y los abusos de los parientes del alcalde priista, sobre todo sus hermanos, quienes, afirma, “controlan y reciben las cuotas” del comercio, Seguridad Pública y Desarrollo Urbano.
Para el exregidor José Luis Cortés Trejo, quien antes denunció penalmente al exgobernador Arturo Montiel Rojas y los expresidentes municipales de Tlalnepantla, Ulises Ramírez Núñez (hoy senador panista y aspirante a la gubernatura mexiquense) y Marco Antonio Rodríguez Hurtado, el otorgamiento de bonos exorbitantes a los integrantes del cabildo de Tlalnepantla es una burla para la gente de este municipio, “cansada de las pillerías de panistas y priístas, que en complicidad con perredistas se sirven con la cuchara grande” de los recursos públicos.
Considerado como un hombre autoritario, soberbio de la “vieja guardia”, Arturo Ugalde Meneses, fue líder del PRI en el Estado de México en el año 2006, y consolidó las alianzas entre su partido y Verde (PVEM), que obtuvo un impresionante crecimiento en la entidad a través del otorgamiento de diputaciones locales, regidurías y sindicaturas, gracias a las alianzas por apoyar al Revolucionario Institucional.
Cortés Trejo afirma que el otorgamiento de bonos especiales no sólo fue para funcionarios priistas, sino para panistas y perredistas, con lo cual el alcalde logró “callar, cooptar y controlar políticamente cualquier inconformidad.
Algunos, agrega el exregidor, obtuvieron plazas para hermanos, primos y hasta parejas sentimentales, de acuerdo con la denuncia por nepotismo, interpuesta por el petista Emilio Manzanilla Téllez, quien presentó y ratificó ante la Contraloría del Poder Legislativo del Estado de México, la querella, que quedó asentada en el expediente: IP-D/DVM/114/2010.
En dicha denuncia, Manzanilla Téllez enumera los familiares, las áreas y los salarios de los ediles del PRI, PAN, PRD, Nueva Alianza y PVEM que, en su mayoría, presume, “son aviadores”.
La queja del petista incluye copias de las nóminas y listas de raya de la administración municipal; y pide que se les “inicie instrucción del procedimiento administrativo y la aplicación de las sanciones que en la Ley de Responsabilidades de los Servidores Públicos del Estado y Municipios se consignan”.
Tan sólo en diciembre de 2009, el ayuntamiento de Tlanepantla erogó más de siete millones de pesos en bonos extraordinarios para mandos medios y superiores, de acuerdo con el reporte del OSFEM.
Entre los funcionarios que más remuneraciones especiales recibieron, además del alcalde, destacan los tres síndicos, el prista César Ángel Soto; Miguel Ángel Olea Ramos, del Panal; y José Luis López Pavana, del PAN, quienes recibieron 384 mil pesos cada uno, mientras que los regidores obtuvieron percepciones por 210 mil pesos cada uno en diciembre de 2009.
Los regidores beneficiados son los priistas Arturo Montero Alvarado, Noelia Juárez Vergara, Luis Orihuela Márquez, Miguel Romero Espinosa, Jesús Priego Santillán, Juana Flores Torres, Dolores Acosta García y Antonio Rico González.
Así como la regidora del Panal, Eloína Juárez Vergara (hermana de la regidora priista Noelia Vergara); Mónica Miguel García, del PT; el regidor del PRD, Saúl López Maldonado y Yolanda Sánchez González, del PVEM.
También, los regidores panistas Julio César Bautista Segura, Felipe Rodríguez Hernández, Leticia Osorio Trejo, Luis Martínez Jiménez y Santa Lozada Mendiola.
Para el perredista Raciel Pérez Cruz, la corrupción y abusos del gobierno de Tlalnepantla tendrán un alto costo político para el gobernador Enrique Peña Nieto, en el año 2011 y 2012, toda vez que Tlalnepantla es un importante bastión de votos en el Estado de México.
Pero más allá de estas consideraciones políticas, agrega, “es una vergüenza que los dinosaurios sigan ejerciendo gobiernos corruptos que lastiman a la gente, porque en Tlalnepantla la delincuencia y la corrupción policíaca van de la mano. El señor director de Seguridad Pública, Fermín Monje, tiene un largo historial de corruptelas, y en Tlalnepantla los índices delictivos van a la alza, mientras los señores agentes de Tránsito se dedican a apostarse en los cruces de las avenidas principales para atracar a los automovilistas, a fin de cubrir las altas cuotas a las que los tienen sometidos sus mandos superiores”.
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