En el Estado de México no es solo el movimiento de alternancia en el gobierno estatal la que reviste de importancia, sino los movimientos previos de cada partido la que dibuja los planteamientos a proponer, los grupos en el poder y por ende la buena o mala situación que prevalecerá entre los mexiquenses.
Antes se culpaba de que el famoso grupo Atlacomulco era el problema del lento avance en el Valle de México y pésimo en zona oriente, hoy tenemos un gobernador oriundo de Ecatepec que rompió con el viejo molde, pero para la próxima elección es de suma importancia para el priismo que su candidato sea lo suficientemente BUENO, así con mayúsculas, para enfrentar a la posible alianza de izquierda y derecha. Morena dice que irá solo, no le alcanzará para mucho aunque podría desplazarse a un lugar importante, antecedente de lujo para el 2018.
El caso del PAN no es tan sencillo como parece, la renovación de su CDE reviste serios conflictos de intereses porque como ya es tradicional en ellos, trabajan prácticamente al servicio del gobierno estatal en turno.
El panismo en la actualidad está muy lejos de los principios morales con los cuales fue fundado, lleno de un entreguismo que raya en lo ridículo y con un discurso político sin identidad, es más el PAN no tiene discurso, solo palabras sin sentido amoldadas a los intereses de quien habla.
Cuando Felipe Calderón fue presidente de ese instituto dijo: “Debemos ganar el gobierno sin perder el partido”, palabras proféticas, pues aunque en el 2000 Vicente Fox ganó el gobierno, la militancia se perdió, se perdió en los excesos, en la indolencia, en todo aquello que tradicionalmente criticaban.
Hoy 16 años después no se han recuperado de esa cruda de poder y no han encontrado el rumbo que los redefina como partido, se han convertido en una aberrante copia del PRI, con doble moral y sin un código de ética real. Que los panistas expliquen qué los diferencia del PRD, por ejemplo, si en sus movimientos políticos tienen que hacer reparto de apoyos económicos, despensas, acarreos, etc.
Las opciones que se ofertan en las filas azules para la renovación de su dirigencia estatal, ni gustan ni convencen a su militancia, veamos: que de bueno puede tener Oscar Sánchez Juárez, quien en 2013 y después de tres meses de impugnaciones y enfrentamientos, el Comité Ejecutivo Nacional (CEN) del Partido Acción Nacional (PAN), con Madero, decidió desconocer a Oscar Sánchez Juárez como dirigente panista en el Estado de México.
Sánchez Juárez fue acusado de irregularidades en la elección del 24 de noviembre de 2012; de estar ligado al oscuro grupo Tlalnepantla –comandado por Ulises Ramírez– y por mostrar sus simpatías a Adolfo Hitler.
Sánchez Juárez no aclaró en 2013 el destino de casi 5 millones de pesos de prerrogativas “extraviados” y una cantidad igual que ejerció durante los 35 días que encabezó el PAN estatal por decisión del presidente nacional, Gustavo Madero, cargo del que luego fue destituido por el CEN y en el que lo reinstaló el Tribunal Electoral local, el miércoles 8.
El presidente estatal saliente, Octavio Germán Olivares, informó al CEN que Sánchez Juárez cometió “una serie de irregularidades” en el manejo de los casi 5 millones de pesos que recibió, en un “acto indebido”, del Instituto Electoral del Estado de México (IEEM).
Quizás esto explique el que sea propietario de un Challenger de lujo, sus vehículos hummer y varias motocicletas de pista, digo.
Ex coordinador de la bancada panista en el Congreso mexiquense, fue acusado el año pasado de firmar un cheque por 720 mil pesos como coordinador, cuando ya no ocupaba ese cargo y era candidato a senador, esto entre otras presuntas irregularidades dadas a conocer por panistas tradicionales del Estado de México, ello sin contar el nulo apoyo que dio a sus candidatos en la elección municipal pasada.
Otra Opción es Oscar García Martínez, quien en su favor está el irrestricto apoyo que le brinda el gobernador poblano Moreno Valle, pero cabe recordar que enfrentó una auditoria interna por el desfalco de 20 millones de pesos durante el pasado proceso electoral y durante su gestión al frente de la Secretaría de administración y Finanzas, amén de innumerables quejas en su contra por parte de la militancia y entonces candidatos.
Además hay otra cuenta pendiente que sobrepasa el millón de pesos en el periodo 2002-2005, sin que a la fecha se haya aclarado.
Y como olvidar que en abril del año pasado por conducir a exceso de velocidad chocó contra una vivienda y causó una importante fuga de gas, su peso político evitó su detención y la empresa maxigas se negó a presentar cargos por lo que ahí quedó todo.
La parodia en el asunto es que los dos antes mencionados jugaron de manera importante en asuntos que también involucraron al IEEM en ese desorden: Pese a que Sánchez Juárez y su tesorero, Óscar García Martínez, no tenían poderes para recibir las prerrogativas, como lo reconoció el propio órgano electoral, les entregó dos cheques por 4 millones 941 mil pesos.
El mismo día, 15 de marzo, y casi de manera simultánea, el IEEM hizo dos transferencias electrónicas a la cuenta del PAN estatal por otros 4 millones 941 mil pesos y nadie sabe dónde quedó ese dinero.
La tercer propuesta panista es Víctor Hugo Sondón, apoyado de manera importante por la famosa “Trilogía divina” que la componen los alcaldes de Huixquilucan, Naucalpan y Atizapán de Zaragoza, dicen ellos que están totalmente distanciados del grupo Tlalnepantla que liderea Ulises Ramírez, situación que no les cree ni el propio Ulises, ahí es importante mencionar la presencia, no solo en el registro, sino en las asesoría del diputado guerrerense Carlos Bello Otero, tradicional brazo derecho de Ulises Ramírez, sin más palabras.
La cuarta y última propuesta es Victor Hugo Venancio Castillo, quien osadamente busca su registro de manera independiente, miembro del clán de los Chuquis en Ecatepec tendrá que lograr el 20 por ciento de apoyo en el total de los municipios mexiquenses, acción que se antoja sumamente difícil, pero en estos tiempos de debacle panista todo puede suceder…Y YA.
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